martes, 8 de abril de 2014

Córdoba entre la derechización y el descontento


Policías en los puentes, policías en las calles, policías mostrándose como desfile de modelos de itakas, de chaleco antibalas o de estricto seño fruncido y cara de malo. Así el gobernador De La Sota adornó la ciudad de Córdoba de azul cana. Todo especialmente dirigido contra aquellos que montan una moto para atravesar el centro de la ciudad. La consigna fue “no linchen! Para eso estamos nosotros! Vamos a agarrar a todos los criminales, sabemos que andan en moto y son morochitos, los tenemos identificados, no se
preocupen, la policía cordobesa esta (excesivamente) presente”. La ciudad fue testigo de dos casos de linchamiento sin llegar al homicidio. Ansioso, contento y atropellado el delasotismo sacó toda su tropa a la calle. Inmediatamente el gobernador se trepaba a un avión para salir en el canal oficial de la opo, TN, a mostrar como se combatía la inseguridad en Córdoba y agregar, como cereza del postre, que había que meter preso “a todo el que corte una calle”. Buscando acomodarse a codazos en el cada vez más estrecho margen que deja el kirchnerismo entre la derecha y la pared, De La Sota agita la bandera conservadora. Coquetea ahora con Massa en su ansioso zigzag político que nunca satisface su sueño presidencial, imposible ya de satisfacer. Vale agregar que el operativo “policialización de Córdoba”, como lo definió el jefe de policía, cuenta con una fuerza terriblemente desprestigiada por el amotinamiento de diciembre y por el narcoescándalo que durante todo el año pasado salpicó a la policía de la provincia llevándose puesto al Ministro de Seguridad y al anterior jefe de policía. Podemos decir que muchos cordobeses saben que el delito mas que en moto va en patrullero.

Un boxeador boxeado

El gobierno provincial recibió un fuerte golpe el 3 de diciembre cuando su policía se amotinó y organizó violentos saqueos por toda la ciudad que aterrorizaron a una buena parte de la población e implicaron, incluso, unos primeros linchamientos especialmente dirigidos contra los “jóvenes de gorra” de Córdoba. Así parecía desmoronarse finalmente su sueño presidencial y hasta su plan b de mantenerse al frente del gobierno provincial. Sin embargo, herido pero fiel a su naturaleza, vuelve a la carga. A mediados de marzo flameó un proyecto de ley anti huelga, haciendo letra el sueño derechista de garantizar los “servicios esenciales” se embanderaba con la defensa de “la gente” contra los trabajadores. El sindicalismo oficial(ista) que gusta de ser súbdito de su majestad De La Sota, esta vez tuvo que salir, muy incómodo, a la calle. Su rey le había escupido en la cara. Se cuidaron, estas conducciones gremiales, de sacar estrictamente a sus cuerpos orgánicos y no implicar a la base de los trabajadores a quienes, hace rato, temen verles la cara. El gobierno se ocupó entonces de guardar en el freezer su proyecto hasta que haya mejores condiciones climáticas con menos bombas de estruendo en el cielo. Ahora su derechismo vuelve a salir en modo declaración mediática como advertencia a los trabajadores.

Fotos indeseadas



Pero mientras DLS sigue jugando por derecha no puede sino crecer una fuerte oposición social en Córdoba. La imagen de brazos obreros levantados en asamblea votando a favor de un acuerdo satisfactorio para sus demandas fue una foto nueva en Córdoba. La postal es de Valeo, la fábrica agremiada en la UOM que llevó a cabo un contundente paro apoyado sobre las asambleas que le dieron la solidez necesaria. Esta lucha fue emergente de un descontento generalizado de la juventud trabajadora cordobesa que no para de crecer. En estos momentos amenazan los obreros de otra metalúrgica, Conmeca, con tomar la planta. Sumamos una foto de noviembre de una multitudinaria “marcha de la gorra” contra la sistemática represión policial a la juventud de los barrios populares de Córdoba, esto bien podría ahora mutar en una buena “marcha de la moto” como se escucha por ahí. Agregamos así al collage la imagen del apoyo masivo a la resistencia a la instalación de Monsanto que supo empujar al gobierno provincial a rechazar el “informe de impacto ambiental” de la norteamericana y ahora a un fallo judicial contra la misma. Lejos quedan los días en que entre abrazos y sonrisas brillantes DLS por un lado y CFK por el otro recibían a la empresa asesina por excelencia. Seguro que a la hora de hablar de la relación con poderes como este nada está concluido y en cualquier momento pueden volver a la carga, con timing político o sin él. 

De disputas y hegemonías

Los interrogantes que se abren tienen que ver con el rumbo de esta oposición creciente al “Gallego”. No son pocos los que se anotan presurosos para ser su expresión política. Ahí no para de saltar y hacer señas “El Luis” Juez que, haciendo honor a su trayectoria de vaivén, estaría cerrando acuerdo, aún a escondidas, con el kirchnerismo local por un armado “progre” para gobernar la provincia el año que viene. Invirtiendo campañas, en este caso al que le serviría que Córdoba sea una isla sería a los K para hacer campaña progresista contra el Gallego sin tener que responder a la derechización del gobierno nacional.
La imagen que le no gustaría ver a este tandem juecista-K aunque tampoco al delasotismo sería la del crecimiento de las protestas y el enlazamiento entre los laburantes que empiezan a dar sus peleas. Hablamos de trabajadores a los cuales no logren convertir en aplaudidores del gobierno o de esta oposición. Ni hablar si estos son capaces de tirar los cables hacia aquellos que encaran una importante diversidad de luchas populares como las que mencionamos.
Si un polo así puede empezar a dar pasos en disputar la hegemonía sobre el descontento generalizado que como decíamos va creciendo se empezaría a mover el piso sobre el que piensan apoyarse juecistas y kirchneristas. Tampoco significaría sonrisa alguna en dirigentes sindicales de los que se perpetúan en oficinas donde cuelgan cuadros de De La Sota o de Cristina si el crecimiento de un polo de estas características refuerza la lucha de oposiciones antiburocráticas por desbancarlos. Un muy buen síntoma fue el Encuentro Sindical Clasista que se hizo en Atlanta hace unas semanas.
Estamos a pocos días del paro del 10 de Abril que seguramente como ya sucedió el 20 de noviembre de 2012 demostró la fuerza de la clase trabajadora, esperamos, y haremos todo lo posible porque así sea, porque sea un empujón de ánimo de lucha de los trabajadores. Veremos como se manifiesta en Córdoba también.
En fin he ahí un desafío clave para una izquierda que quiera influir en el curso de los acontecimientos y no solo sacar votos y hacer proyectos de ley. Síntomas, símbolos, avances, proyecciones, apuestas. Nada por perder para unos, mucho para otros.