lunes, 24 de diciembre de 2012

navidad 2012

Navidad. Esta dulce nochebuena la cana de Bariloche saqueó las casas de la gente pobre del Alto, vació las alacenas. No hay navidades por la zona. Hay amargura, mucha. En el lugar de los negociados turísticos, el de los viajes de fin de cursado de los chicos que tienen. Extravagancia. Chocolates. Miseria. Bariloche es un símbolo. Nos cuenta una amiga de por allá que se dejan ver muchos gendarmes nacionales y populares por las calles. La pobreza emerge de los bordes del zapato que aplasta. Los reinados no son eternos. Nunca. En serio piensan que no habrá venganza? Que no será terrible? Que nuestra gente se va a comer la bronca así nomás? No decimos ahora. No decimos mañana. Pero si lo decimos, la furia no pide permiso. Sigan con su “chin chin”, con sus champañas caras, con sus perfumes, con sus regalos. Sigan disponiendo mientras palos para los pobres. La sombra de su verdugo crece en la barriada, ustedes lo alimentan.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Trabajador inmigrante

por Natalia Morales

Trabajador inmigrante.
Precarizado. Discriminado. Perseguido. Odiado. 
Sin voz. Sin techo. Sin alimento.
Realizas los peores trabajos. Los más forzosos. Expuestos. Denigrantes y esclavizantes. Las grandes torres y los lujosos banquetes se sirven de tu sangre. 
Trabajador inmigrante.
Clandestino. Humillado. Pisoteado. Asesinado.
Sin voto. Sin educación. Sin tierra.
Me pesan tus pesares. Me indigno. Lloro de bronca cada vez que conozco más de tu situación. Sabor amargo que perdura en mi garganta. No lo quiero tragar. No dejo.
Trabajador inmigrante.
Maltratado. Humillado. Ninguneado. Desaparecido.
Sin salud. Sin recreación. Sin descanso.
Luchamos con vos. Por vos. Por los tuyos. Tus penas, las más sentidas, son nuestra bandera de lucha. La rabia necesaria que nos incita a rebelarnos y organizarnos.
Trabajador inmigrante.
Sólo te digo, que no estas sólo. Somos muchos, miles, los que ya no queremos vivir así. Mi color de piel, mi idioma, mis gustos no me separan de ti. Tenemos historias comunes. Las de los oprimidos y explotados.

Trabajador inmigrante.
Hermano de clase. Ten presente que nuestra clase no tiene fronteras.   Cada paso que damos es por tu liberación...la nuestra.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Carta desde lejos (una ficción)


Por Natalia Morales

Inaugurada la temporada oficial de viajes, las cuadrillas de golondrinas empiezan a circular por todo el país. Alzamos vuelo desde el norte argentino y sur boliviano, ese que nadie conoce, el tapado por las manos de los que nos venden como buenos salvajes. Cuadrillas de Sucre, Santa Cruz, Potosí, Jujuy, Salta, Tucumán van empalmando dirección sur oeste. Somos cientos de miles.
Me veo obligado a volar una vez más por las redes de la explotación agraria, ruta de viaje que no se elije sino que se impone, en Tartagal, mi pueblo, las posibilidades de trabajo son escasas. La extrema pobreza en la que viven y vivieron mis abuelos y mis padres me llevan a pensar que quizás tenga razón ese contratista que nos vende trabajo bien pago y espejitos de colores. Yo no quiero vivir así. Me voy con promesas de volver cuando termine la  temporada, con unos cuantos pesos demás, que me permitan tirar los meses que no tenga trabajo y quizás comprarme esa moto que necesito, para no caminar tanto cuando hago changas en la construcción, o para salir a dar una vuelta a la noche, cuando una leve brisa refresca las caras cansadas de los que vivimos en las tierras calientes del monte salteño.
Cadenas invisibles pesan sobre mis alas, desvían mi vuelo y me llevan donde no quiero ir, donde paso hambre, donde veo salir y ponerse al sol en un campo que no puedo disfrutar, ni las frutas saborear, nada, nada, nada de lo que hago me pertenece, sólo mis manos curtidas de azadas, tijeras y machetes, con callos que dan cuenta de mi vida de peón. Me hubiera gustado seguir jugando la liga de fútbol donde juego con mis amigos, había pasado a ser arquero titular de mi equipo Deportivo Guaraní... sabe amarga la vida impuesta a los pobres, a los negros, a los indios del campo. Soy guaraní y las 60 golondrinas de mi cuadrilla también, somos de la misión Cherenta y pareciera que nacimos condenados a que nos miren con desprecio, a que nos maltraten y humillen por el solo hecho de tener piel mas oscura, pelos quiscudos, ojos pequeños.  A pesar de esto voy depositar mis esfuerzos en el objetivo que me separó  2300 km de mis queridos. Está llegando el día de pago y ansioso pienso en mandar parte de la plata a mi padre y ahorrar unos pesos. Hace rato que él ni mi novia saben de mí, esta vez la plata no me alcanzó para hablarles por teléfono. Tengo ganas de comprar un celular, necesito escucharlos, saber de ellos también.
Cuando era chico mi madre insistía que debía respetar y perdonar a los demás, a los que nos agreden, pero no puedo de dejar de sentir  odio e impotencia de lo que nos pasa. Nuestra situación no cambia y por momentos desespera. Varias veces me pregunté por qué tenia que ser así. El viernes pasado antes de ir a distraernos a la disco Macuba, acá en Choele Choel, caminábamos con Angel y el negro, cerca de lo que sería la parte principal de la Estancia donde viven los patrones y no pudimos dejar de comparar esa gran mansión con la miseria de lugar donde tenemos que dormir, en la misma estancia, pero en un galpón viejo que ya no sirve para acondicionar la frutas, todos apilados uno al lado de otro, con un baño para tantos y ducha con agua fría. Veíamos los lujos desde lejos y más bronca nos daba sabiendo que todo eso es gracías a nuestro trabajo. De golpe, empezamos a descargar enojos contenidos entre los tres y comentabamos distintas situaciones que viviamos de injusticia con los capataces, los técnicos y los patrones, por momentos, empezamos a suponer distintas situaciones donde los echábamos de la estancia, donde hacíamos sabotaje y dejábamos de  trabajar, hacíamos huelga, sin darnos cuenta, entre risas de libertad, empezamos a imaginar que nuestras vidas podían cambiar de rumbo.  Espero cobrar lo convenido, no es mucho y las doce horas pesan sobre mi columna, faltan pocos días igualmente, quizas así pueda hablar por teléfono a los que extraño y contarles de esto que nos pasa, que estoy bien, que las cosas están así y quizás las podamos cambiar.
Daniel.

Daniel Solano: bandera de lucha



Por Joaquín Ramírez

Estaba trabajando con sus manos, cosechando la fruta del sur del país. No era su tierra, había nacido en el norte, a pocos kilómetros de Bolivia, en Tartagal. Era guaraní. En esos páramos donde vivía no abunda el empleo, la salida es volar de trabajador golondrina. Un reclutador de laburantes lo había convencido de una mejor paga que la última vez, allá en Río Negro, con dudas terminó aceptando. Pero ya en el lugar les comunicaron que pagarían mucho menos de lo convenido, 800 pesos terminarían en su bolsillo, ya angosto, para ir calmando los ánimos. La empresa lo quería botón, ponerlo de mediador con el resto de los trabajadores, pero se equivocaban. Daniel Solano no era de esos, el era uno más de todos, muchos también curtidos salteños, jujeños, bolivianos y así. La bronca saltó, no había otra. Las promesas incumplidas no pasan impunes, los trabajadores de la Argentina profunda, los invisibles, también se rebelan. Así fue que la palabra paro empezó a circular entre estos laburantes de la fruta. El lunes 7 de noviembre del 2011 era la fecha clave, se haría sentir la fuerza obrera y el organizador de la rebelión era nada menos que Daniel. Confundidos estaban esos capataces que lo creyeron de los suyos. Antes de aquel día, el sábado 5, algunos, entre ellos él, decidieron salir a divertirse un poco, venía pesada la tensión. Eligieron “Macuba”, un boliche de la zona. El lugar sería una boca de lobos, la trampa perfecta. Los primeros golpes, a las tres de la mañana, fueron adentro, los policías lo sacarían a la fuerza hacia la vereda. A la vuelta del local vendría la golpiza más dura, ahí esperaban otros cobardes de azul para patearlo y darle de trompadas por todo el cuerpo. Luego a los golpes también lo subirían a la camioneta de policía con rumbo incierto. El destino fue la llamada Isla 92, de día un balneario, de noche tierra de oscuridad. Nunca más se vió a Daniel. Esa policía es la fuerza de seguridad de la empresa a la que él y los suyos pensaban hacerle la huelga, Agrocosecha, perteneciente a la multinacional Expofrut. Los capitalistas no toleraron semejante insubordinación.
Hoy hay siete policías procesados, no así los responsables de la empresa, tampoco los cómplices dueños del boliche. Un rastrillaje encontró las zapatillas y su billetera, pruebas que en manos de la misma policía también desaparecieron.
Gualberto Solano, el padre, se encuentra en Choele Choel con otros familiares, abandonaron Tartagal rumbo a Río Negro en busca de su hijo y con el reclamo de justicia en la garganta. Ellos, junto a quienes los apoyan, la “Comisión de solidaridad y apoyo a la familia Solano”, vienen llevando a cabo una campaña que instaló el rostro de Daniel por las calles de Choele Choel. El último 5 de noviembre a un año de la desaparición, una importante marcha recorrió las calles de la ciudad exigiendo justicia. Ya nada es igual en ese lugar. Daniel ya es bandera para los trabajadores del campo. Daniel no significa que no se puede pelear, significa que la lucha es dura, pero más justa que nunca.     

sábado, 3 de noviembre de 2012

de rodolfo walsh


Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores. La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan.
La historia aparece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las cosas. Esta vez es posible que se quiebre el círculo..."

viernes, 2 de noviembre de 2012

Un recuerdo mas de esos del futuro, esta vez Jujuy 1997, la ruta


Las manos negras solo ensuciaban lo que tocaban, la ropa y la cara ya tenian el mismo negro de las gomas que ardían, dándonos a todos un uniforme con los pañuelos y las bufandas que cruzadas alrededor de la boca a la altura de la nariz cortaban el viento frío y de paso cuidaba identidades de los que estaban ahí cometiendo el delito social de cortar la circulación por las rutas argentinas, la ronda en torno de la fogata permitía que el fuego calentara las manos y la cara que instantes después cuando te alejabas estaban nuevamente heladas. Era Mayo del año 97 y todavía gobernaba Menem el país. No existía aún la luego tristemente célebre “Alianza” que se comería meses más tarde los votos de oposición que en ese momento apoyaban estas “luchas populares”. Parados en la ruta 66 en el camino que va de Jujuy a la ciudad de Palpalá, comentabamos los sucesos del corazón de la lucha que era la ciudad de Libertador General San Martín, ubicada al norte rumbo a Bolivia en el medio de una frondosa selva que da lugar al hermoso parque nacional Calilegua, tierras donde reina el Ingenio Ledesma que robo esos ricos territorios a los pueblos originarios. Muchos trabajadores habían sido desplazados por la tecnificación del Ingenio intensificada durante los 90 y la bronca se había ido acumulando viendo enriquecerse a don Pedro Blaquier, dueño del imperio azucarero. Ahí habían enfrentado exitosamente a la gendarmería, habían logrado expulsarla del pueblo a pesar de que los soldados de Menem habían descargado sus gases hasta adentro de las casas de los pobladores de Libertador. Tanto así que el mismo oscuro ministro del interior del gobierno nacional Carlos Corach habia tenido que admitir "ya no vamos a apelar a los gendarmes: lo único que logramos es unir a todos en contra nuestro". Pero los ejemplos que se hacían aún más jugosos cuando se comentaba que los piqueteros, siendo 25 de mayo, habían decidido desfilar a lo largo de 1 km con su división baldes a la cabeza integrada por hombres y mujeres, seguida en segundo lugar por la división honderas, y cerrado por la división piedras donde se entusiasmaba la juventud, todos mostrando orgullosos sus armas en alto, marcha militar aplaudida por todo el pueblo que habían actuado de hecho como reservistas, todo el pueblo había participado del exitoso combate.  La división de baldes había sido fundamental para resistir los gases, la división ondas era prácticamente la sofisticada armada y las piedras la infantería donde se había volcado todo el pueblo. No marchaban las armas de fuego que según contaban habían sido parte del enfrentamiento ofrecida por los pobladores que gustaban de cazar, práctica acostumbrada en la zona, no se podía asegurar que hubiera gendarmes heridos de bala tampoco, pero esto testimoniaba que el pueblo se había enojado de verdad esta vez.  Siendo la tierra azucarera el bastión de la lucha, la represión se había centrado ahí y nuestro corte de la 66 tenía el objetivo de cortar el acceso a la capital aumentando el caos generalizado, estaba a unos dos kilómetros de la ciudad nada más. Habíamos decidido participar de la lucha con un compañero de la facultad y nos tocó talar arboles para volcarlos sobre la ruta haciendo obstáculos y mas obstáculos para cualquier avance de la represión, así que en esa tarea estábamos mientras 22 piquetes más se extendían por todo el territorio jujeño desde La Quiaca a Perico poniendo al gobernador Ferraro contra las cuerdas, en tierras ya inestables este era el octavo gobernador desde la vuelta de la democracia 14 años antes, muchos de ellos echados por la movilización de los trabajadores y el pueblo. Antes habíamos aprendido el camino al piquete más fuerte que era el de Alto Comedero, barrio gigante de Jujuy, parecido a Villa El Libertador de Córdoba. El caminito era un sendero hecho a fuerza de machete que atravesaba el monte para huir en caso de represión demasiado fuerte, para retirada y peligro de detenciones. Las noches se pasaban recostados arriba de las gomas mas grandes por turnos, estando totalmente prohibido el alcohol. A la mañana bien temprano había asambleas para definir los pasos a seguir durante el día, a prestar atención. Era la primera vez que con mi compañero vivíamos la experiencia de la democracia directa, la posibilidad de influenciar en quién iba a ser el delegado del piquete y que iba a plantear en la flamante coordinadora piquetera que se entrevistaría con el gobernador. Después de un tiempo conocí al trotskismo y al PTS que me habló de las tendencias pre soviéticas, nombre que me pareció raro pero al final de la explicación me cerró enteramente, las masas tomaban en sus manos la lucha por sus destinos, mas allá de burócratas y caudillos que intentaban imponerse no podían aplastar las decisiones, las iniciativas, la forma de la asamblea y el delegado se había regado por todo el territorio jujeño y la coordinadora le daba un desarrollo aún mayor. La fuerza piquetera permitió conseguir suficientes puestos de trabajo como para levantar la lucha como un triunfo contundente. Nosotros volvimos a la facultad donde se había vivido un sismo politico y seguimos activando ahi. La gente morena y obrera en la ruta y defendiendo su pueblo de las fuerzas y ademas muy bien organizada fue una experiencia imborrable, otro posible recuerdo del futuro a la hora de pensar la fuerza y creatividad de las masas que va a desarrollarse nuevamente y no tiene que empezar de cero habiendo dado estos pasos en el camino.

sábado, 27 de octubre de 2012

recuerdo del futuro, un relato



Era el año 2000 y la Argentina se iba desencantando del gobierno de la Alianza que había sacado al menemismo. La lucha en los bordes que a fuerza de piquete había enfrentado represiones policiales y de gendarmería no cesaba por los cambios de aire político en los centros urbanos donde ya no se repudiaba al gobierno nacional como hasta el 99. En ese marco la lucha de los piqueteros de Gral. Mosconi se encontraba solitaria y combativa. En una nocturna reunión cordobesa decidimos viajar, mi compañera en tal empresa era “la china”. Con plata en el bolsillo encaramos para el norte, una mala decisión nos puso arriba de un colectivo y no de un avión llegamos tarde, quedamos del lado enemigo. Veíamos colectivos pasar a toda velocidad mientras que el transito estaba cortado, eran bondis repletos de gendarmes que iban embalados a reprimir el piquete de los desocupados del norte de Salta. Era de noche tarde ya y había que esperar en la estación de servicio las primeras luces del cielo. Llegada ya la mañana encaramos para adelante mientras los jeeps verdes pasaban a nuestro lado corriendo sin entender que hacían esos dos pibes caminando hacía el enfrentamiento, se los veía muy preocupados en cosas mas importantes a los comandantes. Una radio nos iba tirando las novedades que podían trasmitir, había empezado la represión en la noche desde el sur de la ciudad donde estaba el piquete hacia el norte y ahora el enfrentamiento avanzaba por la ciudad con los piqueteros y muchos ciudadanos retrocediendo ante la ofensiva de la gendarmería, pero presentando batalla. De pronto una camioneta de civil salió de la nada a la ruta por atrás nuestro, nos pasa y un paisano al volante nos pregunta: adonde van?? en gran desconcierto. Ya estabamos en la caja de la camioneta después de una breve explicación de que simplemente queriamos pasar. Campo adentro la caminoneta se metía en una huella que salía perpendicular a la ruta durante una larga recta que ya dudábamos de estar en el camino correcto. Encima en el medio encontramos paisanos armados de escopetas que pararon el vehículo para pedir coca porque estaban cuidando el terreno del patrón de tanta revuelta, nuestro desconcierto crecía. Mientras la radio por fin agarro una buena trasmisión y nos enteramos que ardía la municipalidad en el medio del enfrentamiento. Finalmente un brusco giro de la camioneta nos puso paralelo a la ruta, después de hacer la correspondiente U nos acercamos a la ruta, del lado amigo. No entendíamos bien lo que veíamos, era gente corriendo hacia delante, hacia donde estaba el piquete. Acostumbrados a ver a la represión a la ofensiva entendíamos que esta venía detrás de quienes corrían, persiguiendo a esta gente apurada, habíamos quedado en la entrada norte del pueblo, al otro extremo del piquete. Luego de salir del camino de cañas que nos permitía ver solo en el fin del sendero gente corriendo, entendimos la secuencia: eran pobladores de Tartagal, la ciudad que venía luego de Mosconi al norte, venían corriendo de su pueblo en malón a defender a sus hermanos de Mosconi. Al poder apreciar la curva pudimos ver un gran brazo sobre la ruta compuesto de cuerpos que a lo lejos se veían muy pequeños, esta concentración de gente con forma de una gruesa flecha se enfrentaba al cordón verde de la gendarmería que tiraba gases y gases para repeler el avance popular. Eso fue ver masas a la ofensiva. La cabecera de la concentración eran escuadras de aproximadamente ocho hombres que lanzaban las piedras luego se corrían a los costados para que un nueva escuadra lance las suyas y así el cañon de piedras no paraba de tirar y tirar contra las escudos de los gendarmes que se desesperaban por seguir con los lacrimogenos. Mujeres por los costados se ocupaban de repartir pañuelos con agua, baldes, limones para sortear el efecto de los gases. La coordinación era perfecta. Se anunciaba el arribo de Storani, Ministro del Interior, a la ciudad. Los gases eran cada vez mas espaciados, los gases se acaban, las piedras no. Gendarmería definitivamente estaba a la defensiva y retrocedía. En el momento más critico en el que se iban a acabar las municiones de los represores del pueblo de Mosconi y la venganza se palpitaba, apareció corriendo a toda velocidad un hombrecillo con una sotana marrón desplegándose en el aire directo al medio de la batalla portando una cruz. El cura logró así parar una escandalosa paliza que los salteños estaban por dar a la fuerza represiva por excelencia de las rutas argentinas. El gobierno finalmente tuvo que aceptar la mayoría de los puntos planteados por los piqueteros norteños.
Una experiencia de lucha que como instante de peligro relampaguea en la conciencia de miles en esos momentos clave donde las masas toman en sus manos el enfrentamiento contra el estado.

jueves, 16 de agosto de 2012

Gobierno, régimen y clases sociales en Córdoba. Apuntes I


Por Eduardo Castilla y Joaquín Ramírez

Hace pocas semanas decíamos que la fortaleza de De la Sota, expresada en su capacidad de alinear a todo el régimen político provincial detrás del “reclamo federal”, tenía sus puntos de falla. Entre ellos señalamos especialmente la crisis de las finanzas provinciales, ligadas a la desaceleración del crecimiento económico y a una estructura fiscal atada a los intereses de las grandes patronales. En este post queremos abordar algunas discusiones que van más allá de la coyuntura y dan cuenta de las características estructurales del régimen político provincial y sus fortalezas y debilidades para enfrentar la emergencia de sectores de la clase trabajadora. 

El fantasma de las crisis pasadas

Como habíamos señalado, las finanzas provinciales son un “eslabón débil” de la estructura de la provincia. Frente a la exigencia impotente al gobierno nacional y partiendo de la negativa absoluta a tocar una estructura fiscal al servicio de las patronales, el Gallego finalmente dio un golpe de mano, usando las “peores formas”, “rompiendo códigos” con la oposición, dejándola a paso cambiado cuando todos se sentían ya parte del dichoso “cordobesismo”. Radicales y juecistas, con la boca abierta, no podían creer lo que veían cuando el PJ aprobaba, con mayoría automática y veloz, policías mediante, rodeando la desprevenida legislatura, el primer ajuste contra los jubilados cordobeses.
Más allá de los dimes y diretes sobre los manejos previos a la votación, la sanción de la ley y las posteriores movilizaciones, abren un escenario distinto en la política provincial. Un aspecto que queremos analizar acá son las fortalezas y los límites de un régimen marcado por crecientes tendencias bonapartistas, ante un escenario de potencial incremento de la lucha de clases. El choque con los gremios trae de vuelta los fantasmas de las pasadas crisis políticas. Crisis donde la clase trabajadora cordobesa tuvo un lugar protagónico, a pesar de la traición de sus direcciones sindicales.

Clase(s) dominante(s) y tendencias políticas

Si bien no puede hacerse abstracción del régimen político nacional, es evidente que las particularidades provinciales existen como producto del desarrollo político y económico, así como de los resultados de la lucha de clases. Haciendo estas salvedades, podemos hablar de un régimen político “cordobés”, democrático burgués con tendencias bonapartistas.
Podemos hablar de un régimen donde tiende a perfilarse la “concentración de poderes en la dirección del estado (…) Todas las decisiones políticas importantes están centralizadas en un único individuo dotado de extraordinarios poderes de emergencia. Habla y actúa no como servidor del parlamento, como el premier, sino en su propio derecho, como el «hombre del destino» que ha sido llamado a rescatar a la nación en su hora de peligro mortal” (ver acá)
Si bien no estamos ante la presencia de “poderes excepcionales” y queremos ser claros en que los niveles de bonapartización del régimen pueden ser categóricamente mayores que el actual, podemos decir que De la Sota se ubica por sobre el conjunto de los “queridos cordobeses”, tratando de mostrarse como el cabal representante de los intereses de la población. Su “cruzada” por los fondos de la provincia y su defensa del “cordobesismo” son la expresión en el discurso político de ese intento de abarcar al conjunto de la representación política local anulando a la oposición. Un elemento de este intento de construcción de un bloque ideológico, es el desarrollo del “Cordobesismo” como una suerte de pseudo-ideología regionalista, federalista, opuesta por el vértice a los intereses de Buenos Aires.
En Córdoba, la figura del gobernador es central y los mecanismos de división de poderes quedan diluidos frente a este fortalecimiento del ejecutivo, como se expresa en el papel semidecorativo de la legislatura, lo que no implica que no juegue ningún rol. Por el contrario, cumple el papel de legitimar las decisiones del ejecutivo. Sin embargo, en este último caso el golpe de mano de De la Sota haciendo votar el ajuste a los jubilados, tuvo que hacerse sin el consenso de la oposición, rompiendo las formas de agrupamiento de todo el régimen político que intentaba el la política delasotista.
Para garantizar que no haya cortocircuitos en este mecanismo, la reforma constitucional del 2001 modificó la anterior composición, estableciendo la Unicameral e imponiendo un sistema donde cada departamento tiene un legislador. Así, los departamentos tienen 26 legisladores propios que, junto a los 44 elegidos por distrito único, le dan mayoría automática al partido que tenga peso en el interior provincial. De esta manera, el PJ extendió la hegemonía que tenía en el interior provincial a la legislatura, mostrando un régimen más democrático en las formas, pero antidemocrático en el contenido.
En 1931, alrededor de las discusiones sobre Alemania, Trotsky escribía “Todo régimen pretende estar por encima de las clases, salvaguardando los intereses del conjunto. Pero los efectos de las fuerzas sociales no pueden determinarse tan fácilmente como los del terreno de la mecánica. El gobierno mismo es de carne y hueso. Es inseparable de ciertas clases y de sus intereses”. Tomando esta definición, podemos decir que la figura de De la Sota es inseparable de las grandes patronales del campo y los monopolios imperialistas asentados en la región, entre los que se encuentran las automotrices o grandes empresas locales como Arcor.  La política de este gobierno y la de los anteriores, está estructurada bajo las directivas de esos sectores económicos.
Algunos de los grandes grupos (automotrices y Arcor entre otros) que dominan la provincia remontan su historia a los años ‘50 y ’60, atraviesan el conjunto de los regímenes políticos, incluyendo las dictaduras militares y continúan reinando bajo los gobiernos radicales y peronistas tras el retorno de la democracia. Tanto en uno como en otro régimen, siguen obteniendo todo tipo de beneficios. De esta ligazón a los grandes monopolios surgen precisamente las tendencias bonapartistas.

Dominación y dirección

Para agregar elementos a este análisis, tomemos a Gramsci que señalaba que “La supremacía de un grupo social asume dos formas: «dominación»» y «dirección moral e intelectual». Un grupo social es dominante sobre grupos enemigos a los que tiende a «liquidar» o someter con la fuerza armada, y es dirigente sobre grupos afines y aliados”. Si bien como ha señalado Perry Anderson, las definiciones del marxista italiano tienden a una visión dualista y ambivalente, que puede dar lugar a una gama de interpretaciones (muy) amplia, creemos que algunos aspectos de esta definición pueden sernos útiles para analizar ciertos rasgos de la forma de dominio burguesa en la provincia.
Podríamos decir que el PJ ejerce una “función dirigente” en tanto se basa en un sector de las masas del interior provincial, ligadas a los intereses del agro, esencialmente de la producción de soja y los negocios ligados. Decíamos hace poco que “A la producción a gran escala del poroto, del cual Córdoba es la segunda productora nacional, se proponen ahora, sumarle un plus de “industrialización”, que le dé “valor agregado” a la producción agrícola, profundizando un esquema de acumulación capitalista con fuerte peso en el campo” de la mano de Monsanto y las inversiones del polo biotecnológico.
En ese sentido y siguiendo nuevamente a Gramsci “El hecho de la hegemonía presupone que se tienen en cuenta los intereses y tendencias de los grupos sobre los cuales se va a ejercer la hegemonía (…) que aunque la hegemonía es ético-política, también debe ser económica”. De allí podríamos afirmar que De la Sota garantiza los intereses materiales de estos sectores, basando en ellos su hegemonía en el interior provincial. La continuidad de los altos precios internacionales de la soja, ayuda a la construcción de ese bloque político y social.
Pero De la Sota no puede gobernar sólo con estos sectores y tiene una política de afianzarse sobre fracciones de la pequeña burguesía urbana y franjas más atrasadas de la propia clase obrera. Sobre esos sectores, su discurso de defensa de la “familia”, haciendo honor al peso histórico de la Iglesia Católica en la provincia, se combina con un discurso contra la juventud y la libre sexualidad. Esto garantiza el alejamiento de cualquier sector que pudiera haber tenido alguna ilusión con sus gestos “progresistas” de hace unos meses.
Pero además, el PJ ejerce una “función dominante” sobre las masas a través de dos mecanismos centralmente. Por un lado, a través del crecimiento constante del aparato represivo que viene en ascenso en estos años, duplicando la cantidad de efectivos y aumentando de manera exponencial sus recursos, como muy correctamente denuncia Leticia Celli en este programa de Giro a la Izquierda.
Parte de esa política, fue la elevación a rango ministerial de la Secretaría de Seguridad y la designación de Paredes. Esta política se refuerza con las modificaciones que viene imponiendo la legislatura, donde crece el poder de fuego de una institución que cumple y ha cumplido un papel central en el dominio provincial.
Por otro lado, como veremos, se apoya en una fuerte burocracia sindical que ejerce un control al interior de los gremios de la industria, cómo el caso de SMATA de manera policial, frenando la emergencia de sectores de oposición que se consoliden y, al mismo tiempo junto con la burocracia estatal, integrándose al gobierno, en el caso del primero con Dragún como Ministro de Trabajo y en el segundo la UEPC con el ministro de educación Walter Grahovac así como con el SEP con Pihen como legislador delasotista. En el caso de los estatales hay que señalar que una obligada legalidad de las oposiciones políticas permite que se exprese mayor disidencia incluyendo a sectores combativos y clasistas. Pero con estos sectores, la crisis de las finanzas provinciales, implica abandonar en gran medida la perspectiva de lograr el apoyo de la clase trabajadora del Estado al gobierno.

La burocracia y el control de las clases peligrosas

La integración de las organizaciones obreras al estado ha sido la política del peronismo desde siempre. En ese sentido, el delasotismo no tiene nada de novedoso. Pero es peculiarmente importante el papel de esta burocracia estrechamente ligada al estado en función del poder social de la clase trabajadora de la provincia. Poder que se no solo ha sido históricamente muy fuerte como se puede concluir de su tradición de lucha, sino que se mantiene hoy como una enorme fuerza social que es dejada de lado en la mayoría de los análisis de la provincia. 
En ese sentido, y volviendo a Gramsci podemos decir que en Córdoba hay una “relación de fuerzas sociales estrechamente ligadas a la estructura, objetiva, independiente de la voluntad de los hombres, que puede ser medida con los sistemas de las ciencias exactas o físicas. Sobre la base del grado de desarrollo de las fuerzas materiales de producción se dan los grupos sociales, cada uno de los cuales representan una función y tiene una posición determinada en la misma producción. Esta relación es lo que es, una realidad rebelde: nadie puede modificar el número de las empresas y de sus empleados, el número de las ciudades y de la población urbana” (resaltado propio).
En la industria metalmecánica se agrupan alrededor de 25 a 30 mil trabajadores que tienen en sus manos el poder de paralizar una de las principales fuentes de ingresos de la provincia. En la industria alimenticia se concentran sólo en Arcor, cerca de 5000 trabajadores en las cuatros plantas que posee en la provincia. Los trabajadores de Luz y Fuerza, además de ser más de 2000 mil, tienen en sus manos el potencial para paralizar la energía de la provincia, dejando por ejemplo sin luz a las enormes monopolios imperialistas. Los trabajadores de la UTA ya mostraron su potencial estratégico hace pocos meses como dijimos acá y esta semana lo hicieron nuevamente con un impresionante paro de la empresa Ciudad de Córdoba de características antiburocráticas, contra tres despidos que sólo pudo ser levantado con la intimidación de un imponente operativo policial. A eso debemos sumarle las decenas de miles de estatales que son poderoso factor político en la provincia y que, a diferencia de los gremios de la industria, más allá de los avances y retrocesos, mantienen una gimnasia de lucha en las calles que es un hándicap a la hora de enfrentar ataques. En ese sentido, tomando la cita de Gramsci, esa relación de fuerzas estructural es altamente favorable a la clase trabajadora después de años de crecimiento económico.
Pero además, “la relación de las fuerzas políticas; es decir, la valoración del grado de homogeneidad, autoconciencia y organización alcanzado por los diferentes grupos sociales” también es favorable a las masas trabajadoras. El derechismo político del régimen no está basado en grandes derrotas como las que se vivieron a fines de los 90 con la crisis económica que dejó a decenas de miles en la calle. Si bien ha habido retrocesos y fracasos en luchas parciales de los últimos años, sobre todo entre los estatales y en menor medida en la industria, no estamos frente a un retroceso a gran escala. Es esta relación de fuerzas la que se expresó en la necesidad de una “maniobra” de De la Sota, haciendo votar en la legislatura sin previo aviso. El Gallego montó un escenario que evitara la acción preventiva de los gremios, la movilización y posible represión, algo que hubiera traído a la memoria las imágenes de una Córdoba ardiendo, como en el 2008, algo que sería un traspié en la carrera presidencial pero además mostraría nuevamente la fuerza de miles de trabajadores en las calles, alentando las tendencias a la acción directa. Pero contradictoriamente, colocando a la burocracia ante “los hechos consumados”, no le dejó más opción que la movilización como respuesta. Esto pone en escena la debilidad de sus formas bonapartistas para enfrentar al poderoso movimiento obrero de la provincia. En definitiva decimos que Córdoba no escapa de una relación de fuerzas más general conquistada en estos años por el movimiento obrero a nivel nacional que hay que enmarcar en el post 2001.

Crisis del “pacto social” en el gobierno


Ese poder de la clase obrera y esa relación de fuerzas están en la base del poder político que acapara la burocracia. En ese sentido, desde el punto de vista burgués, tiene “derecho” a  un ministerio como parte del aparato de control de las masas, con el cual pretende ejercer el rol de “policía política” a escala provincial. De la Sota es consciente de esto, de allí la creación del Ministerio de Trabajo y la asunción de Dragún en el mismo. Pero esto puede llevarla a pagar un gran costo político en la medida que estallen conflictos en la clase trabajadora.
En esta marco, y volviendo a la coyuntura, el ataque del gobierno por la Caja obliga a las conducciones a responder, incluso a las que son parte del oficialismo como Pihen del SEP. En esta respuesta se combinan varias cosas. Por un lado, la necesidad de dar una respuesta a un ataque  que si bien, es el “mínimo” como señalan los medios, afecta uno de los sostenes de la burocracia al interior de las propias organizaciones sindicales. En algunos gremios, entre los afiliados hay más jubilados que trabajadores activos. En segundo lugar, un sector de las conducciones está alineado con el gobierno nacional, por lo que pueden usar este ataque para una estrategia de “desgaste” contra el delasotismo. El límite a esto radica en que el programa del kirchnerismo ante la crisis de la Caja es avanzar en un mayor ataque, imponiendo la “armonización” con la Nación, bajando estrepitosamente las jubilaciones. En tercer lugar, se trata de conducciones fuertemente cuestionadas entre sus bases, por lo que se ven obligadas a responder para evitar un mayor prestigio, en la encrucijada de o perder mas prestigio bajándose de la lucha y el peligro de dar aire a la oposición combativa que se encuentra en su terreno que es la lucha.
De conjunto, parecen abrirse tendencias a mayores choques entre las clases, donde la cuestión de la estrategia necesaria para forjar una corriente clasista y antiburocrática de peso, será central en el próximo período. A este tema dedicaremos otro post.
En apretada síntesis, lo que queremos plantear es que el régimen político de Córdoba sostiene un poder ejecutivo de características bonapartistas pero que mantienen las formas parlamentarias. Que este poder político concentrado se asienta en una estrecha vinculación con una estructura económica basada en fuertes grupos económicos ligados a la producción agrícola como industrial y que es esa concentración la que le da una fisonomía particular. También buscamos analizar que parte de esta concentración es la integración de la burocracia sindical al gobierno, tanto en su forma ejecutiva como legislativa, y la política policial de esta al interior del movimiento obrero industrial. Sin embargo también aludimos a una relación de fuerzas más general entre las clases fundamentales que no es de derrota de la clase obrera, lo que le pone límites al mencionado bonapartismo de De la Sota dándole un carácter de equilibrio inestable.

domingo, 22 de julio de 2012

Córdoba: Entre la derechización del gobierno y las tensiones latentes










Por Joaquín Ramírez y Eduardo Castilla

En Córdoba y, en cierta medida, en todo el país, una noticia de estos días es el giro político y discursivo de De la Sota hacia la derecha en el plano local, así como su proyección a nivel nacional, con un discurso diferenciado del gobierno de CFK.
Luego de la pelea entre Cristina y Scioli, que terminó (por ahora) en un cierto desgaste mutuo, el Gallego se lanza a la escena nacional para tratar de ubicarse como polo de atracción de los sectores díscolos en el peronismo, con una importante imagen de fortaleza interna. Esto tiene expresión en que De la Sota logró alinear al régimen político cordobés detrás de sí, en la pelea "federal" por los fondos de la Caja, incluida desde ya La Voz del Interior, parte fundamental en cualquier campaña política de la provincia.

La Córdoba reaccionaria al poder

De la Sota ganó las elecciones del 2011 con un peso enorme de los votos del interior provincial. Un voto sojero dentro de un amplio conservadurismo, como lodefinimos en ese momento. El mismo se basaba en que el conjunto de la situación económica seguía siendo favorable a pesar de los primeros coletazos de la crisis.
Desde ese momento a esta parte, se expresaron más agudamente los golpes de la crisis internacional, con el freno de las ventas a Brasil a partir del segundo cuatrimestre del 2011, lo que repercutió en suspensiones, despidos hormigas y presentación de preventivos de crisis en la industria metalmecánica. Parte de la crisis se expresó en un descenso del crecimiento de la recaudación provincial durante los primeros meses del 2012, lo que generó atrasos en el pago a proveedores y tensó la negociación con el gobierno nacional.
En esta situación, la superestructura política cordobesa aparecía marcada por el binomio derechista Mestre-De la Sota, lo que no se correspondía con la relación de fuerzas más general imperante en la provincia. En ese marco, en los últimos meses habíamos visto toda una serie de medidas demagógicas por parte del gobierno, sobre las que dijimos que “tienen el objetivo de recomponer parte del desprestigio estructural que tiene el régimen. Éste, a diferencia del delasotismo del primer gobierno, no se sostiene sobre derrotas de las masas, sino sobre el conservadurismo social que impusieron años de crecimiento económico que están llegando a su fin”. 
Ese “giro progresista” tuvo corta vida y se hizo bajo las insignias de la derecha más reaccionaria. En cada una de esas medidas se vio la larga sombra delatosista. La famosa “ley contra la trata” terminó siendo una herramienta para darle más poder de fuego a la policía y legalizar la persecución a quienes están en situación de prostitución. La llamada ley “contra el narcotráfico” cumple el mismo papel como denuncia Laura Vilches aquí, atacando abiertamente a la juventud. Los subsidios a los ex detenidos fueron ultra-retaceados, “es lo que podemos dar” dijo el legislador Alessandri en ese momento, mostrando el desprecio total del gobierno por quienes fueron secuestrados y torturados.
Pero en estos días, se produjo una vuelta clara hacia la derecha con este discurso, donde se lanzó abiertamente contra la juventud y contra quienes peleamos por la legalización de la droga. También se lanzó contra la libre elección sexual de la juventud y contra conquistas parciales logradas bajo el kirchnerismo como la Ley de Identidad de género. Lo hizo reivindicando una tradición conservadora de la familia, de padres golpeadores, como el suyo. Así De la Sota volvió a mostrar quien en definitiva es. Si hace poco más de 8 años había dicho que “las madres debieron haber  cuidado mejor a sus hijos” en la época de la dictadura, nuevamente enarbola un discurso de defensa de la familia, reivindicando la figura del padre rector que imprime la personalidad al hijo, al punto tal de anular su libre decisión.

¿Un nuevo clima en Córdoba?

Esa ofensiva pseudo-ideológica, populista de derecha, apunta a crear un clima social reaccionario, que tenga por función evitar cualquier tipo de disidencia al interior de la provincia. No es un desatino ni un exabrupto. Es parte de un plan político con el que lanzarse al ruedo político nacional, garantizando orden en casa. En la misma tónica, acá se dice que “el plan de De la Sota se completa con marcar diferencias con el progresismo K. Y para ello apela al conservadurismo, donde el gobernador se siente más que a gusto”
Pero no se trata sólo una diferenciación política con el kirchnerismo, sino que es parte del perfil constituyente de un peronismo claramente de derecha, reaccionario en lo social y cultural, abiertamente pro-patronal y anti-obrero. No por nada el Gallego está acusado de haber sido parte de los comandos civiles del Navarrazo. Se propone como garante del orden, en tanto figura fuerte del régimen, culturalmente reaccionario, al mejor estilo Perón.
Además De la Sota expresa los intereses de sectores de la Córdoba conservadora, que en estos años se fortalecieron al calor de los altos precios de la soja. Proceso que se expresó en el crecimiento arrollador de los negociados inmobiliarios y la especulación en esta rama. El Gallego estuvo junto a las patronales sojeras en el 2008, algo que no resulta extraño en el marco de que una fracción importante de su base social está en el interior rural. Pero no fue el único, sino que todo el arco político provincial estuvo en la misma trinchera (a la que lamentablemente se sumó una franja de la izquierda). Esto demuestra el enorme peso social que tiene la producción agrícola y en particular el complejo sojero en la provincia.
A la producción a gran escala del poroto, del cual Córdoba es la segunda productora nacional, se proponen ahora, sumarle un plus de “industrialización”, que le dé “valor agregado” a la producción agrícola, profundizando un esquema de acumulación capitalista con fuerte peso en el campo. Así, la instalación de Monsanto y otras inversiones en Córdoba son “el adelanto de lo que será la Argentina dentro de 10 a 15 años, con una estructura productiva competitiva montada en eslabones más uniformes, en la agregación de valor en las diferentes cadenas. Para decirlo de manera más simple: más granos, pero también más carnes, lácteos, biocombustibles y sus respectivas plataformas industriales” (veracá)        

Una pausa en el impacto de la crisis

A las bondades del poroto, que viene obteniendo precios records, permitiendo una continuidad relativa de la situación económica anterior, se suman otras “buenas noticias” para Córdoba. Por un lado, como plantean algunos análisis, los planes de reactivación del consumo en Brasil, parecen estar dando resultados, lo que puede permitir una recuperación parcial de la industria automotriz cordobesa, fuertemente dependiente del país vecino.
Junto a esto, el gobierno provincial logró sortear, por el momento, una situación de crisis de la Caja de Jubilaciones y de las finanzas provinciales, a través de la colocación de más de U$D 100 millones en títulos que le permitieron financiarse y de las mejoras en la recaudación provincial propia en el primer semestre. Así, se evitó tener que pasar por la batalla que tuvo que afrontar Scioli.
Una de las claves es que De la Sota logró, montado en esta situación de la economía (que por cierto no comparte la mayoría de las provincias) y con su pedido por los fondos de la Caja, alinear a casi el conjunto del régimen político provincial detrás del reclamo federalista dejando a la defensiva al débil kirchnerismo provincial que no “defiende los intereses de Córdoba”. Este aspecto del relato busca crear un sentido común fuerte que justifique que cualquier ajuste que tenga que hacer, será culpa de CFK que no envía los fondos.
Sin embargo, por el momento, la política es no generar ningún foco de conflicto que perturbe la Córdoba “modelo” que presenta al país. Ese sentido común en lo político es el que va acompañado de la derechización social que lleva a la estigmatización y represión de la juventud, para mostrar una Córdoba en orden, donde no hay lugar para consignas subversivas como la “legalización de la marihuana” y el “sobran policías”.

Puntos de falla y tensiones latentes


Ante la presentación de tanta fortaleza, ¿cuáles son los puntos de falla del gobierno y el régimen cordobés?
En primer lugar, la puesta en escena de la epopeya por los fondos de la Caja, no puede evitar que realmente el ahogamiento financiero al que quiere someter CFK a todos los que se presenten como presidenciables, surta efecto. Esto puede implicar, en el mediano plazo, que las arcas no alcancen para mantener el esquema de equilibrios entre subsidios a las multinacionales, populismo de la miseria (PPP), la infraestructura provincial y el pago a término de la plantilla estatal, docente y de trabajadores de la salud.
Entre las prioridades de financiamiento ya trazó los ejes centrales en el desarrollo de la autovía Córdoba-Río Cuarto y otras rutas de la provincia, siguiendo con su campaña de obras al servicio de los negocios capitalistas y donde, ni por casualidad, se le cruza una escuela de esas que se caen a pedazos en cualquier punto de la provincia. Esos problemas estructurales en la capital, ya significaron un gran proceso de lucha estudiantil en el 2010.
Entre las cuestiones de infraestructura no es menor esto último ya que vimos como el conflicto en un colegio prendió como pólvora por toda la ciudad, desde franjas de las clases medias a los sectores sociales carenciados. Un conflicto con tomas de colegios, que culminó en un escándalo nacional, como fue un represión televisada para todo el país que permitió a los K golpear al gobierno provincial, escenario que jamás quisiera enfrentar De la Sota.
Pero en ese  proceso estudiantil también estuvo presente una reacción al clima de represión que vive la juventud y por eso no se puede descartar un proceso similar, ante la derechización del gobierno. Aquí radica un segundo posible punto de falla, estrechamente ligado al anterior. La posibilidad de la emergencia de demandas democráticas entre la juventud que cuestionen este giro político y sus consecuencias sociales, culturales y legales. La movilización del pasado jueves 19 de julio contra la radicación de la multinacional Monsanto puede estar anunciando tendencias a  resistir la imposición que De la Sota quiere hacer de la Córdoba sojera.
Pero además, la juventud trabajadora y plebeya de Córdoba sufre todo tipo de atropellos y humillaciones, con la policía provincial persiguiéndola todo el tiempo, con la precarización laboral extrema a la que está sometida, con los ataques verbales del mismo De la Sota. En ese marco, medidas como el PPP actúan contrapesando ese agobio social, pero de manera  enormemente limitada.
Un tercer punto y tal vez el más profundo, pero que hoy aparece relativamente amortiguado, es la contradicción entre este régimen de conjunto y el movimiento obrero, en el marco del impacto de la crisis capitalista internacional. Ante esta contradicción, escribimos que “Con Dragún como ministro de trabajo de la provincia, se intentaba montar un “Pacto social” en el gobierno, para ponerle freno a los reclamos. Colocando a los dirigentes sindicales en puestos clave, el gobierno esperaba poder contener al movimiento obrero y evitar el desarrollo de tendencias más combativas”.
Esta contradicción que por el momento parece haber amenguando, es una brecha estructural en el régimen político. Frente a la creciente derechización del gobierno y con las consecuencias de la crisis internacional golpeando paulatinamente sobre el país, se abre la perspectiva de mayores choques y conflictos, para lo cual la ubicación abiertamente oficialista de una fracción importante de la burocracia sindical, puede ser un obstáculo al inicio, pero ayudar a una experiencia más veloz en el curso de las luchas, como se vio en los pocos pero intensos conflictos que se dieron en el primer semestre del año. 
Podemos decir que la fortaleza de tener conducciones gremiales directamente cooptadas puede significar también la debilidad de que, ante tamaña subordinación, estas pierdan rápidamente crédito y emerjan oposiciones en sus gremios capaces de disputar el poder, sea por elecciones o en luchas mismas. Esta contradicción es, aunque latente, particularmente aguda en la industria automotriz donde si bien como deciamos antes, influyen las ventas a Brasil por el momento, la situación no es de derrota obrera como mostro la acción del cuerpo de delegados de VWindependiente de la burocracia y la integración al gobierno de la conducción de SMATA la ata de manos para ponerse a la cabeza de los reclamos.
En este marco de la intervención activa se sectores de trabajadores y la juventud que se preparen para la perspectiva de choques abiertos contra este gobierno, ayudando a procesar tanto la experiencia política con el gobierno nacional como con el delasotismo y la burocracia, es un elemento esencial para pelear por evitar que las crisis que potencialmente puedan abrirse, terminen en derrotas o sean llevadas a los pies de sectores de la oposición patronal.

jueves, 24 de mayo de 2012

La commune

Una heroica gesta de la clase obrera y los oprimidos por la burguesía 
levantado en armas, insurrecto pateando las puertas de la historia y creando el primer gobierno obrero revolucionario. Una gran película...
Para ver La Commune click aquí